Las normas de gracia y cortesía son formas culturales de relacionarnos con otros desde el respeto y la empatía. Incluyen prácticas simples como esperar el turno, agradecer, saludar o cuidar los objetos compartidos.
Introducirlas desde la primera infancia ayuda a que los niños comprendan que forman parte de una comunidad y que sus acciones impactan en el bienestar de los demás. Estas normas no son imposiciones rígidas, sino oportunidades de aprendizaje social que fomentan paciencia, tolerancia, generosidad y convivencia armónica.
