Un ambiente preparado es un espacio adaptado a las necesidades y posibilidades del niño. Todo está dispuesto a su medida: materiales, mobiliario y disposición del entorno. Esto favorece la autonomía y la independencia, ya que el niño puede acceder, elegir, usar y devolver cada elemento sin depender del adulto.

También en el hogar es posible generar un ambiente preparado: simplificar espacios, adecuar tamaños y ofrecer objetos que promuevan exploración, cuidado y responsabilidad. El objetivo es claro: un entorno que invite a aprender de manera natural.